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      | Arquímedes | Herón II, rey de Siracusa, pidió un día
        a su pariente Arquímedes (aprox. 287 a.C. - aprox. 212 a.C.), que
        comprobara si una corona que había encargado a un orfebre local era
        realmente de oro puro. El rey le pidió también de forma expresa que no
        dañase la corona. Arquímedes dio vueltas y vueltas al problema
        sin saber como atacarlo, hasta que un día, al meterse en la bañera
        para darse un baño, se le ocurrió la solución. Pensó que el agua que
        se desbordaba tenía que ser igual al volumen de su cuerpo que estaba
        sumergido. Si medía el agua que rebosaba al meter la corona, conocería
        el volumen de la misma y a continuación podría compararlo con el
        volumen de un objeto de oro del mismo peso que la corona. Si los volúmenes
        no fuesen iguales, sería una prueba de que la corona no era
        de oro puro.
 |    A consecuencia de la excitación que le produjo
  su descubrimiento, Arquímedes salió del baño y fue corriendo desnudo como
  estaba hacia el palacio gritando : "¡Lo encontré! ¡Lo encontré!".La palabra griega "¡Eureka!" utilizada
  por Arquímedes, ha quedado desde entonces como una expresión que indica la
  realización de un descubrimiento.
 Al llevar a la práctica lo descubierto, se comprobó que
  la corona tenía un volumen mayor que un objeto de oro de su mismo peso.
  Contenía plata que es un metal menos denso que el oro.
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